-Todo el mundo tiene una
máquina del tiempo justo aquí –se tocó la cabeza con el índice.
Aunque todo el pueblo sabía que estaba loco,
ni los niños le creían una palabra, les divertía escucharlo, no era un mal
tipo. A veces se excitaba con sus relatos al punto de salpicar saliva a su
público o se le enrojecía la cabeza, pero siempre era inofensivo.
-Viajar en el tiempo –continuó -es un gran
pasatiempo ¡hoy más que nunca! Y lo bueno y sorprendente de éste es que no es
excluyente. Todas las clases gozan de igual derecho.
>Muy, pero muy pocas veces
me he encontrado con personas de esta época ¡Las calles están vacías! Aunque si
están repletas de fantasmas que uno tiene que esquivar.
>No es un privilegio
viajar en el tiempo, ni ninguna fortuna. No encontrarás nada. El tiempo es como
una gran ola. Te golpea y te lleva mar adentro para luego desecharte en una
costa lejana.
>Los verdaderos
privilegiados son los que viven su época. Aquella que algunas simpáticas personitas llaman presente.
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