viernes, 4 de marzo de 2016

OCÉANO

El primer demonio, el tiempo. El pasado vuelve a acecharme, escondido y sonriendo detrás, el porvenir.
Es una condena encontrar la paz en todas las artes, el alma desea desesperadamente expresarse en todas ellas.
La expresión busca perpetuarse en la forma artística elegida, desarrollarse y bucear en las profundidades del misterio y la magia.
Para perderse profundamente en ese océano y encontrar, debes nadar con devoción. Pero ¿Se puede amar y en ese amor encontrar el movimiento, y nadar con ese amor en más de un océano? ¿Es sensato o conveniente rendir devoción a más de un dios? ¿Es posible entregarse entero a varios amores? ¿El amor no es uno?

Aunque el camino sea más lento y quizás doloroso, ¿Puedo bucear en los mares a mi antojo? Atravesando las aguas ciego y entregado, sumergiéndome en una costa y emergiendo en una ribera. El océano me es uno, infinito y hermoso.    

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